martes, 18 de febrero de 2014

Una preposición indecente

Wer zuletzt lacht, lacht am besten.

Hay muchas maneras de sacar de quicio a una madre. Le puedes pisar lofregao, preguntar qué hay para comer o pedirle que te compre una moto/deje salir hasta más tarde porqueatodoslosdemáslesdejan,mamá. Pero siempre se puede innovar.

Un día estábamos en el aparcamiento DEL centro comercial de Salamanca, dentro del coche, contando dinero. No recuerdo bien si era para pagar el rescate del carro de la compra o para un ordenador. Pero allí estábamos, los Soprano de Castilla. Como eso de escuchar a alguien contar billetes no es lo que se dice un jolgorio, creí que sería una buena idea decir números al azar y así joder la marrana un rato relajar el ambiente y amenizar el momento. Todavía noto un pitido en el oído izquierdo de las voces que me pegó mi madre. Se ve que no entendió el chiste y que no le gusta contar. Joé, mamá, ¡si eres maestra!

Ahora cambiad a mi madre por esta que os escribe, a mí por las reglas de gramática y a los billetes por preposiciones. Bueno, igual no es una metáfora tan perfecta como "las perlas de tu boca" o "los cántaros" de la Ramona Pechugona, pero lo que quiero decir es que maldita la hora en la que nacieron las preposiciones. En cualquier idioma. Jesús qué horror. Estoy por hablar como Tarzán y olvidarme de todo.

Para terminar, hoy no tengo momento vergonzoso del día así que os vais a tener que conformar con que os cuente que en clase tenemos un señor polaco que es testigo de Jehová y hoy en clase no sé qué ha empezado a contar del armagedón y el cielo y no sé qué historias. Todo en alemán, claro. El caso es que la profesora nos estaba preguntando que qué habíamos hecho el fin de semana.
Bueno, tengo que confesar que cuando escuché la primera vez lo de armagedón, por unos segundos pensé que el buen hombre había visto la película. Pero luego como soy una mujer de mundo que no sabe decir que no, me di cuenta de que nos estaba echando la chapa así indirectamente. Pero en realidad el hombre es majo. Ya os hablaré de la ucraniana que cree que en Alemania están cambiando las cosas mucho a cuenta de los inmigrantes. Pero de los negros, claro, los blanquitos es que somos menos de fuera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario